
Puerto Príncipe. Mientras Hanna golpeaba ayer con fuerza las regiones de Carolina del Sur y del Norte, en EE.UU., sólo el descenso de las aguas en Haití ha permitido dimensionar la magnitud de la tragedia.
El saldo de víctimas fatales ya se eleva a más de 600 personas, y las autoridades locales no descartan el aumento de las trágicas cifras tras los trabajos de las fuerzas de rescate de la isla.
Un barco con 33 toneladas de ayuda humanitaria, como botellas de agua, arroz y aceite comestible, enviada por Naciones Unidas ancló en las últimas horas en Gonaives, donde cientos de habitantes permanecieron hasta dos días arriba de los techos de sus precarias casas en espera de ser rescatados.
Mientras en Ginebra, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), y en Paris la Cruz Roja, anunciaron una campaña internacional de recolección de fondos para acudir en ayuda de las miles de víctimas, muchas de las cuales no han ingerido alimentos desde el lunes.
Cuando la ayuda internacional apenas comienza a llegar a Haití, donde la temporada ciclónica ha dejado más de 600 muertos y 600,000 damnificados, las autoridades decretaron ayer sábado una alerta en el norte del país ante la cercanía del huracán "Ike".
Cientos de personas abandonaron ayer la inundada ciudad de Gonaives hacia zonas más altas, ante la amenaza de Ike, que se aproximaba con la posibilidad de generar mayores desastres.
En tanto, la tormenta tropical ‘Hanna’ golpeó ayer sábado con toda su fuerza los estados norteamericanos de Carolina del Sur y del Norte, azotando las costas con olas, lluvias y vientos, y obligando a miles de personas a buscar refugio tierra adentro.
La intensidad de los vientos de Hanna, que estuvo a punto de convertirse en un huracán de categoría uno antes de llegar a la costa de EE.UU, han disminuido a 80 kilómetros por hora, según el boletín del Centro Nacional de Huracanes, con sede en Miami que informó que la tormenta avanzaba a 35 kilómetros por hora por la costa este y se espera que siga incluso a Canadá.
Para Florida, se trata de la peor amenaza desde el paso del huracán Andrew en 1992, el desastre natural más costoso de la historia del país hasta el que generó Katrina en 2005.
Mientras, millones de personas en riesgo se preparaban a lo largo de más de 1,600 kilómetros de costas, las fuertes lluvias causadas por Hanna podrían transformarse en inundaciones, en el centro del estado de Carolina del Norte, en el este de los estados costeros y hasta en el sur del estado de Nueva York y de Nueva Inglaterra.
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